Contiene: La angustia de morir, el temor a la muerte como un personaje, el culto a los difuntos y la veneración a los antepasados, suelen ser causas de tensiones en cualquier grupo humano. Sin embargo, esta situación cambia cuando se considera que los muertos permanecen vivos, aunque con un tipo de vida diferente pero no menos auténtica. Jesús Angel Ochoa Zarzueta reconstruye el servicio, el culto y la ofrenda a los muertos, según se practican en Mizquic, un pequeño pueblo del Altiplano Central de México, donde se considera que el mundo está habitado por vivos y muertos. También estudia el mecanismo de las exteriorizaciones y tradiciones de esta creencia.

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