Mientras los años sesenta y setenta presenciaron un rápido crecimiento de las organizaciones indígenas y el nacimiento de un movimiento indígena internacional, durante las últimas dos décadas las mujeres indígenas han tenido cada vez más éxito en organizarse a si mismas y exponer como mujeres sus diferentes asuntos y preocupaciones. Las mujeres indígenas no están solo enfrentadas a problemas como parte de las sociedades divididas en la sed dentro de los países en los que habitan, y a ser blanco de la opresión nacional y el racismo como miembros de las sociedades indígenas.